20070903

GENESIS - PRIMER CONTACTO

En Jardín de Infantes, tocaba mi xilófono y cantaba con Pipo.
De chica me enseñaron que "la música es la combinación de sonidos y ruidos".
A los 10, aprendí a tocar la flauta dulce. Mi maestra, la Sra. Alicia Ruiz, me prestó su cancionero para flauta, y me fue muy bien "sacando" las melodías. Todavía recuerdo aquellas largas y aburridas tardes de verano practicando, sólo por gusto, una y otra vez, equivocándome, volviendo a empezar...
Alguna vez canté y toqué maracas, toc-toc, el triángulo o el cascabel en el corito improvisado de mi colegio primario, y mi afinación me permitió cantar la "segunda voz" a los 11 o 12 años en un encuentro de música, en el Grilli.
La "otra" Sra. Alicia, también profesora de música, quien dirigía los coritos que ella misma armaba cada tanto, dijo que yo era "una futura pianista". Lamentablemente, mi interés por el piano jamás fue tomado en cuenta por mis tutores.
A los 15 estuve en la cuerda de las sopranos del Coral Alfa, grupo del cual fui y vine un par de veces. A los 16 tomé unas clases de guitarra en la Sociedad de Fomento. También tomé algunas clases de canto en el Estudio Dalí, hasta que el Prof. Daniel Balestrini se fue a Italia.
A los 22 aprendí a tocar el órgano electrónico en el Centro de Estudios Musicales del profesor Zanaboni. Llegué a ser Maestra de Teoría y Solfeo, y de Órgano. También tomé algunas clases de guitarra eléctrica y de bajo, y enseñé en el Centro como suplente del Maestro.
Entre los 23 y los 24 di clases de Cultura Musical -Teoría y solfeo, e Historia de la Música- en escuelas secundarias estatales.
Alguna vez me anoté en el Juan Manuel de Falla para estudiar clarinete y oboe, pero eso nunca prosperó. Por aquella época también estuve buscando profesores de canto en el Segudamano, pero tampoco prosperó. También tomé un par de clases de saxofón, para ver cómo era. Allí decidí que no era "mi instrumento".
Esa es una breve reseña de mis incursiones previas en el mundo de la música.

La mayoría de los profesores con quienes estudié música fueron hombres, pero por algún motivo que no llego a definir esta vez había decidio recomenzar mis estudios con alguna profesora.

Encontré en Internet varios avisos de docentes (mujeres) de canto lírico. Agendé sus direcciones de e-mail, les envié mensajes preguntándoles acerca de horarios y tarifa. En realidad todavía no tenía en mente volver a estudiar, sólo estaba "tanteando" el camino. Algunos de estos correos fueron respondidos. Ninguno me convencía demasiado.

Haciendo una excepción, lo contacté a él. Su respuesta me llevó a escribirle otro mail, y así intercambiamos algunos mensajes...

Había "algo" en la primera de las fotos que tiene en su página personal, que me daba un poco de miedo... Pronto habría de comprobar eso de que "las apariencias engañan".

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