20070903

PRIMEROS E-MAILS

El Profesor Bragato respondió mi primer e-mail con mucha amabilidad. Me preguntó acerca de mis conocimientos musicales, si tenía nociones básicas de lectura y solfeo, y cuáles eran mis objetivos. Después me invitó a tener una primera entrevista, sin cargo, para evaluarme y definir el trabajo a realizar.
En mi respuesta yo me animé a preguntarle si daba el "perfil de alumno" al que él enseñaría. Supongo que está bueno que ninguno de los dos quisiéramos hacerle perder el tiempo al otro. Es una cuestión de respeto, creo.

Le expliqué que casi habiendo pasado los 30, mi sueño era cantar arias.

Su respuesta me emocionó, y puso en acción mi determinación y mi voluntad de dedicarme al canto. También, claro, mi pasión por la ópera.

«Estimada Sra.Nadina:

No me guía el propósito de despertar en usted falsas expectativas, pero le cuento que por ejemplo tanto Leonard Warren, como Richard Tucker comenzaron a estudiar una vez superada la barrera de los 30 años. Todo depende de las condiciones naturales, y obviamente del esfuerzo individual.
(...) Curiosamente, las personas que han superado los treinta años, son siempre las más aplicadas, y quienes más rápidamente avanzan. Contrario procedimiento al habitual en los jóvenes muy dotados, que piensan que la juventud es eterna, y que con sus condiciones todo les será concedido, y de común se instalan en una meseta de la que es difícil hacerlos mover.
(...) Eso sí, yo imparto una técnica muy estricta que le explicaré personalmente en la primer entrevista. Nada del otro mundo. Todo respondiendo a cosas naturales, muy facil de comprender, y bastante dificil de aplicar. Pero después de 45 años de estar en la profesión, tengo la absoluta convicción de que éste es el camino correcto. Opinión que corroboran grandes cantes del pasado y del presente. (...) »

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