PRIMERA ENTREVISTA III
Una vez finalizada la gira a través de la "galería de la fama" del Profesor, pasamos al estudio donde el Maestro da clases.
A estas alturas, mi inhibición se hallaba en la frontera de lo terrible: el Profesor ya me había apabullado al esperarme en la entrada, a lo cual le siguió la oleada de admiración que me provocó ver los distintos retratos de su galería; por otra parte, entrar en su estudio -o mejor dicho, "ser invitada a entrar", que fue lo que me sugirió la vista del piano y el café impecablemente servido sobre la mesa-, si bien me hizo sentir bienvenida, me dejó con la impresión de que estaban esperando a "otra persona"... Y tuve la sensación de que en cualquier momento iba a "meter la pata", a decir algo fuera de lugar o a hacer alguna idiotez.
Escuché las explicaciones del Maestro Bragato palabra por palabra. Hice un esfuerzo terrible para no dejar traslucir mis nervios, aunque supongo que no lo logré. Costaba estar en mis zapatos en esos momentos. Intenté tranquilizarme y no desvíar mi atención del tema, no quería que mi inseguridad me privara de entender algo de lo que él estaba diciendo.
Hice algunos comentarios y preguntas varias. Hasta ahí todo bien.
Pero claro, estaba por llegar el momento de la verdad: el instante exacto en que el Profesor se sentaría al piano y me haría a vocalizar...
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